O al menos hoy hace tres años... Hoy... decidí ir hacia la terminal donde te despedimos aquella noche y reviví la última vez que te vi... Recordé que no querías que te despidiera y me pediste que no me presentará a verte pero yo quería ir y estaba dispuesta a plantarme en la terminal todo el día con tal de hacerlo, y tenia que ser así porque te habías negado a decirme a que hora salía tu camión.
Un par de días antes nos habíamos despedido, con promesas vagas y propositos extraños como lo era el no atarnos, el "no ser nada": ni novios ni nada por el estilo porque hasta aquél día no habíamos logrado definirnos... Yo no quería que te fueras pero tuve que apoyarte: tampoco deseaba verte frustrado y pensaba, inocentemente, que el tiempo allá te serviria para formar en ti al hombre seguro de si mismo y de su amor por mi. Con eso en mente, aposte por tu lejanía para que lograrás alejarte de tu pasado, para que en ti se cerrarán los ciclos que no habías logrado cerrar con C, para que perdonarás y entendieras esa vida que habias tenido con ella, y estando en paz con eso por fin estuvieras claro conmigo.
Aposte creyendo que regresarías a mi, aposte pensando que ese regreso te tomaría a lo más dos años, y a pesar de que ese regreso tomaría dos años me despedí de ti esperanzada con la idea de que vendrías en junio y nos volveríamos a ver y con ello esa espera de dos años se haría menos... pero no te volví a ver.
Regresaste en junio pero no me buscaste. En lugar de ello estuviste con C los pocos días que estuviste en México pero de eso yo no me entere hasta un par de meses después. Te comunicaste conmigo el primer mes de tu ausencia y bajo los tratos en que habíamos quedado yo sentía que estabas a mi lado a pesar de tantos kilometros de por medio... pero las llamadas se fueron haciendo menos hasta que dejaron de suceder.
Aún así seguí justificandote, seguí pensando bien de ti: no tenías dinero para llamarme, seguramente no habías podido venir en junio, seguramente el trabajo te absorbía, quizá el dinero que ganabas tenía que ser gastado en llamadas para tu familia... pero a pesar de todo -creía- no te habías olvidado de mí. Y eran tanto mis deseos de saber de ti... que cuando C me busco me vi cautivada con la idea de saber de ti através de ella, y de una manera bizarra estar a tu lado através de ella, y me meti en un embrollo más grande.
Hoy mientras estaba en la terminal recorde aquél momento, en que, sin ser invitada me presente de todos modos a la terminal. Tú me llamaste para despedirte de mí, me preguntaste donde estaba y tuve que confesar que estaba ahi, buscandote.
Ya había recorrido las taquillas pensando en que sala de espera estarías con tu familia, no sabía ni siquiera en que línea de autobuses viajarias pero ya sabía que viajarías a las 8 de la noche: habías sido capaz de publicarlo en tu blog pero no de decirmelo a mí. ¿Qué hacía ahí si todo demostraba que no me querías contigo? Pero estaba porque pensé que tus acciones eran movidas por el miedo y la tristeza, pensaba, ilusa, que tenías miedo que al verme no querrías irte, y pensaba que te era más triste verme por lo que preferías no hacerlo; pero yo quería enseñarte que era mejor moverte con el amor, la sonrisa y la esperanza y quería despedirme así de ti para mostrarte que todo estaría bien...
Con todo esto... cuando llamaste y te dije que estaba ahí pareciste alegrarte. Yo no sabía que pensar: era dificil mantener la esperanza con toda la realidad golpeandome en la cara. Estaba en ese rinconcito, sentada en el filo de la vitrina que da a la calle de la central de autobuses, escondida detrás de una columna, mirando a la Virgen de lado y al contestarte en el celular y confesarte mi presencia quisiste ir por mí pero yo ya me estaba rindiendo. Lloré en el telefono y quise despedirme de ti por él, como tú habías querido, pero te pusiste a buscarme y me pediste te dijera donde estaba: lo hice porque realmente quería abrazarte por última vez, y al tenerte frente mío me abrazaste, me consolaste, me pediste que no llorará y es la fecha en que no lo hago: te estabas yendo, te estabas yendo, te estabas yendo!!! Y yo no podía llorarlo...
Recuerdo entonces que ya no quedaban más de 10 minutos para que abordarás y me condujiste a la sala de espera donde ya estaban tu mamá, tu hermana y ella, ella... También estaban Pablo, y Paty y Francisco que llego detrás de mí: a pesar de tus peticiones todos quisimos ir a despedirte... pero nosotros estabamos separados de tu familia, familia que parecía solo conformada por tu mamá, tu hermana y justamente C, a pesar de que la negarás.
Justo a la altura en que tome esta fotografía te despediste de todos tus amigos y a mi de último, besandome frente a tu familia... pero ni siquiera el gusto de ser la única que te besará o la última en abrazarte me quede. Ella te abrazo y besó inmediatamente despues de que yo lo hice dejandome el sabor de que yo seguía siendo "la otra", y se aferro en ser la última de todos en abrazarte y besarte de nuevo. ¿Que lugar tenía yo en tu vida? ¿Qué lugar? Todo lo ocupaba Carmen... Y aún así me postre en el vitral para mirar como te dirigias al camión.
Recuerdo que llevabas una chamarra blanca con azul... y recuerdo que lo único que pedía para saber que regresarías por mí era que voltearás y me mirarás, tan sólo que voltearás y me miraras antes de subir, sólo eso... No me importaba que Carmen te hubiera besado, no me importaba que quisiera demostrar su dominio frente a mí: me importaba creer que en tu corazón sólo estaba yo, y eso lo sabría si volteabas... y lo hiciste.
Ese fue el instante, la razón por la que todo este tiempo he esperado, la razón por la que no lloré y no he llorado... Creí que en esa última mirada y tu mano agitada despidiendose eran mías y que regresarías y por tanto yo no tendría porque llorar... pero ahora las lágrimas quieren salirseme y no puedo porque la gente no me deja. Nadie sabe que hoy recuerdo con tristeza que te fuiste y no regresaste, que durante tres años definimos nuestra relación y que nos hicimos promesas y volvimos a indefinirla y después la tiraste a la basura, o más bien, la tiramos... (porque pensé que podía obtener sólo beneficios de Carmen, porque pense que realmente podía estar más junto a ti y entenderte sin salir dañada al involucrarme con ella, y porque tú jamás pudiste perdonarmelo ni entenderlo) y que aún así, en mi interior vive esa tonta que ese día se despidio de ti con las lágrimas guardadas y una sonrisa para impulsarte.
Y hoy fui y reviví ese día... Siempre hay alguien que se queda, sabes? Y aunque tú has querido pensar que para ti es más difícil siendo el que está en territorio ajeno no sabes cuan difícil es para los que nos quedamos, no lo sabes.
Siempre hay un lugar vacío en la mesa, siempre hay un plato que no se ocupa, siempre existe todo eso que no se hace hasta que no llegué quien no está, siempre está la espera... aun cuando te digan que ya no hay nada que esperar.
Y el camión se fue aquella noche y salimos todos... tu mamá alcanzo a ver que tu camión se incorporaba a la avenida contigo adentro, yo caminaba junto a Paty y Pablo, y por un instante todos fuimos tu familia: ya nos hacías falta.
Carmen se dirigió a mí y me extendió la mano muy educada, me dio las buenas noches, tu mamá y hermana hicieron lo mismo y cada quien se quedo con su ausencia. Me fui con Paty en el metro y me insinuo tu relación con ella... creo que despues de todo yo era verdaderamente ingenua, pero la verdad solo me importaba esa última mirada tuya.
Aun no sabía todo lo que iba a vivir para aprender lo que ahora he aprendido. Creía que todo iba a ser más fácil pero tuve que complicarmelo todo... Lo lamento tanto, tanto, como dicen por ahí, quise jugar con fuego y me queme. Ahora sólo me queda reparar mis errores para mí porque en verdad no quiero vivir con estas equivocaciones: deseo una vida sana y feliz aunque no sea a tu lado.
Lo lamento, en verdad, lamento mis malas decisiones, salidas "faciles" y errores, que aunque no hacen menos a l@s tuyos... si tienden a restregarme en la cara que tambien es mi responsabilidad que lo nuestro haya terminado. En fin... lamento si te confieso que aún no puedo ser tu amiga, me odio y te odio tanto... y aún si no te odiara, no puedo limitarme a sólo ser tu amiga porque pese a todo aún te amo tanto que simplemente no podría. Lo lamento, de verdad... sólo dejame desearte un muy buen viaje, tan sólo eso, sí? Que tengas un muy buen viaje, Juan.
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